Medicina Forense en Honduras, clave para resolver los casos más complejos

 


Si hay una institución que tiene una importancia clave, no sólo para reconocer los cuerpos de personas que fallecen de manera violenta o natural, sino también, para generar indicios de abusos, uso y tipo de armas, análisis de video y evaluaciones psiquiátricas, es el departamento de Medicina Forense del Ministerio Público en Honduras.


No se trata de un departamento que identifica personas a través de huellas, de evaluación odontológica o de muestras de ADN; va más allá. Es el que ayuda en la resolución de los casos de homicidio, asesinatos, personas desaparecidas, violaciones, abusos sexuales, aportando la prueba científica, que es la que al final descarta la variedad de teorías que en un caso se puedan presentar. 


Son esos análisis médicos, de muestras, de diversos peritajes, que llevan a la verdad. Por muy frío que pueda parecer el departamento de Medicina Forense, se convierte en una institución humana con una proyección social incuestionable.


Las tres morgues ubicadas en Tegucigalpa, San Pedro Sula y La Ceiba, así como las morgues provisionales que se instalaron hace tres años en Santa Rosa de Copán, Yoro y Colón, tienen la misión de desenredar los casos más complejos que se puedan presentar.


Y lo han hecho, han sido la piedra en el zapato para muchas personas, grupos e incluso instituciones que a veces quieren sostener teorías para desviar el verdadero motivo de muerte en un caso. Y esto ha llevado incluso a contradicciones, pero prima la ciencia, la prueba científica que se vuelve irrefutable.


Casos de impacto

La prueba científica es clave para acreditar por ejemplo la locura o no en un acusado o privado de libertad. En el caso de Plutarco Ruíz, condenado a 45 años por el asesinato de la Miss Honduras María José y su hermana Sofía Trinidad Alvarado Muñoz, encontradas muertas en Santa Bárbara en el año 2014.


Plutarco alegaba locura, se valió de ese argumento para evadir la cárcel. Varios médicos privados acreditaban esa teoría, pero la evaluación de Medicina Forense del Ministerio Público, dijo lo contrario y fue la prueba que sopesan los jueces a la hora de dictar sentencia.


Esa evidencia es fundamental, pese a cuestionamientos que en el pasado por ejemplo, han buscado demeritar las evaluaciones científicas.


Otra prueba más y que puso en jaque al mismo Ministerio Público fue en el caso Sheryl Jubissa Hernández, la agente de la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC), una escena que de un suicidio pasó a un asesinato. En poco tiempo el propio Fiscal General la declaró suicidio y se cerró el caso.


Este es un ejemplo de las dudas que surgen, de las preguntas que nos hacemos: ¿suicidio o asesinato?, ¿Quién miente?. Contradictorio o no, lo cierto es que esa institución es la llave para resolver los casos más complejos en muertes violentas, es una pieza clave en la investigación, poniendo en funcionamiento toda su expertis para llegar a la verdad.


A través de sus unidades de química forense, patología forense, salud mental, laboratorios criminalísticos y hasta con los laboratorios de video forense, hacen aportes valiosos en el seguimiento de investigaciones con las cámaras del 911 y de uso privado también.


Es Medicina Forense la que sustenta la validez probatoria de los dictámenes periciales realizados, es la que dice si estas tienen suficiente solidez para que la autoridad respalde una acusación y pruebe un hecho delictivo.






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