Jorge Bueso Arias modesto, visionario y altruista
Vienen a mi mente tantos momentos con don Jorge Bueso Arias, el hombre más querido de Santa Rosa de Copán. Recibir la noticia de su fallecimiento fue un trago difícil de digerir para quienes le conocimos.
Nadie se prepara nnca para aceptar que la vida termina, pero la de él, terminó con honores.
Desde niña tengo guardada la imagen del hombre que marcó un antes y después en la banca hondureña. Un hombre que impulsó a muchos emprendedores, productores, empresarios y particulares. Don Jorge no se aferró a una lista de requisitos para que las personas obtuvieran un préstamo, era de los que aún creía que la palabra, era la mejor garantía que una persona puede tener.
No era raro entonces, que cuando estaba en la agencia de Santa Rosa y alguien se le acercaba para plantear la necesidad de financiamiento de inmediato llamara a Luciano de Jesús, su assitente y ordenar: "apoyalo, revisale y dale el crédito".
Así era él y ni de hablar de cómo influyó en la vida de tantos jóvenes, son generaciones a los que empleó y que con Banco de Occidente, se forjaron un destino diferente.
Me quedo corta para hablar de sus obras silenciosas en las que apoyó a tantas personas, escuelas, instituciones, fundaciones, en fin, fue un altruista.
Tenía sus rutinas, no le gustaba andar con guardaespaldas. En Santa Rosa no era extraño verlo caminar de la casa de los Bueso en la calle Centenario hacia el Banco de Occidente. Caminaba lento, con su tradicional sombrero y el puro que no faltó.
Saludaba, se detenía para hablar con las vendedoras de pan, de comida y aunque él no lo supiera siempre desapercibida estaba la seguridad vigilando que nada le pasara.
No era de andar presumiendo, al contrario era modesto, no alardeaba nunca de todo lo que realmente poseía.
Para don Jorge era un ritual levantarse temprano y salir a primera hora a la fábrica de Tabacos La Flor de Copán. Era la rutina, antes de las 8:00 am, estaba sentado con su sobrino Melo, Jorge Portillo QDDG. y otros, fumando y comprobando la calidad de los puros.
A las 9:00 am, partía para el banco, en donde ya le esperaba una infinidad de personas que veían a don Jorge como el ángel para solventar sus problemas económicos.
Los fines de semana eran particulares, no era extraño verlo con botas y su vestido de campo listo para salir a su finca en la zona norte de Copán.
De las anécdotas que tengo, una que siempre recuerdo fue cuando inauguraron el edificio nuevo del banco en Santa Rosa. Tenía cinco años y mi madre me llevó al evento, era como la fiesta más grande del pueblo. Llegué y la atención para mí estaba en la enorme bóveda que instalaron en el centro del edificio. Como niña curiosa lo que más quería era ver qué había en el interior.
Don Jorge se cruzó en el instante en el que yo insistentemente le pedía a mi mamá entrar a la bóveda. Don Jorge oyó y sin más, me tomó de la mano y me llevó a la bóveda, eso quedó grabado por siempre en mi mente.
Con el pasar del tiempo y estando en Santa Rosa de Copán, trabajé en la Corporación Mayavisión, Canal 34 y la Cámara de Comercio e Industrias de Copán, le brindó un homenaje por su trayectoria. Me buscaron para hacer el video de la vida de don Jorge. Mi cómplice para esa sorpresa fue doña Mercy, su esposa. Ella me dejó entrar a la casa, revisar las fotos para elegir las que me sirvieran para ilustrar la vida del banquero.
Sentía una gran responsabilidad, pero lo hicimos con Tito, Norman Hernríquez y otros más en el canal. Lo logramos, mi corazón latía el día que lo presentamos en el Casino Copaneco y mi mejor premio, fue ver rodar sus lágrimas cuando se proyectó el video. Él se levantó, me abrazó y me dijo: "muchas gracias".
Años después, se convirtió en mi fuente favorita de información, no importaba si era domingo o feriados, siempre atendía. En varias ocasiones lo entrevisté en el banco un día domingo. Él era así, apasionado con su trabajo, comprometido, resposable.
Me quedo con todos esos momentos, con las pláticas que tuvimos, las preocupaciones que mantenía por los temas de seguridad en occidente, temas que fueron siempre punto de discusión.
Hay tanto que decir, pero hay más que agradecer, en mi caso, a toda mi familia la apoyó. Mi mamá siempre estuvo agradecida porque por don Jorge compró su casa, logró muchas cosas y también él le dio la mano para emplear a mis dos hermanos.
El legado que deja Jorge Bueso Arias es extenso, queda ahora en las manos de su hijo Manuel Venancio, como Melito su sobrino continuar su obra.
Santa Rosa de Copán llora, perdió a su mejor hijo y no tendrá la suerte de decirle hasta luego, porque sus restos quedarán en Tegucigalpa.
Pero queda en el corazón de todos, porque como todo ser humano tenía muchas virtudes y defectos, pero pesan más las cosas buenas por las que hoy somos muchos que solo podemos decir: gracias don Jorge Bueso Arias Q.D.D.G.
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