De la negación a la confesión por narcotráfico
Mauricio Hernández Pineda ha dado un giro sorprendente al proceso judicial en curso en Nueva York.
Su inesperada admisión de culpabilidad por conspirar para traficar cocaína hacia los Estados Unidos lo sitúa en el epicentro del juicio, programado hasta ahora para el 12 de febrero de 2024. en el que solo quedan: Juan Orlando Hernández, expresidente de Honduras (2014-2022) y Juan Carlos Bonilla Valladares, ambos acusados por delitos relacionados con drogas y armas.
¿Qué significa esto? ¿Podría convertirse en un testigo clave para la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York?
No está claro. Existen indicios de que Mauricio Hernández Pineda no habría llegado a un acuerdo de cooperación, sino que ha aceptado su culpabilidad por un cargo a cambio de que la Fiscalía le retire dos cargos relacionados con armas, lo que conllevaría a una reducción de pena.
Esta versión es sostenida incluso por abogados de otros acusados que forman parte del grupo de testigos que declararán en el juicio contra el expresidente Hernández y el exdirector de la Policía Nacional.
Para Mauricio Hernández, aceptar la culpabilidad significa recuperar la libertad. Al admitir su culpabilidad, existe la posibilidad de regresar antes de lo previsto a su tierra, pero sobre todo es eliminar la amenaza de una condena a cadena perpetua.
Los vínculos
Mauricio Hernández, un exoficial de la Policía Nacional, está vinculado por la Fiscalía por su presunta participación en el grupo de seguridad que protegía los cargamentos de drogas transportados por diversos grupos de narcotraficantes desde Suramérica hasta la frontera con Guatemala.
Hernández aceleró su declaración ante el anuncio de Juan Carlos Bonilla, quien aseguró que, para su defensa, revelaría las conexiones de Mauricio Hernández.
Bonilla afirmó que acompañaría estas declaraciones con los informes que, según él, elaboró mientras era director de la Policía Nacional. Esta situación habría llevado a la depuración de Hernández Pineda el 23 de agosto de 2018.
Unos meses después del anuncio de su separación, lo encontré en un supermercado de Tegucigalpa, la capital de Honduras. Durante nuestra conversación, me reveló que lo habían reintegrado a la Policía y que estaba asignado en Casamata.
Sin embargo, meses después, tras los señalamientos hechos por la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York por su presunta participación en el tráfico de drogas, decidió entregarse voluntariamente a la justicia estadounidense en febrero de 2020.
El proceso de entrega tuvo lugar en Guatemala, donde, al llegar al aeropuerto, se entregó a agentes de la DEA. Su arresto fue oficialmente registrado alrededor de las 5:45 p. m. del 12 de febrero de 2020.
Jugada maestra
En este proceso judicial, hay mucho en juego. La salida de Hernández del juicio conjunto ha sido una jugada magistral que cambia el panorama para los otros dos acusados.
Esto implica que las defensas tanto de JOH como de El 'Tigre' tendrán que reconsiderar sus estrategias legales y pensar en cómo enfrentar a Hernández Pineda si llega a aparecer como testigo, a pesar de no estar incluido en la moción in limine que se presenta al juez antes del juicio.
Con el juicio a solo unos días de distancia y la posibilidad de que incluso Juan Carlos Bonilla pueda declararse culpable antes del juicio y que ha sido algo que ha evitado desde el 2020 cuando inició conversaciones con agentes de la DEA en Honduras para convertirse en testigo colaborador, el escenario está preparado para revelar más sorpresas.
Este proceso judicial contra el expresidente Hernández llevará a confirmar y revelar nuevos vínculos que evidenciarán cómo el narcotráfico logró infiltrarse en el Estado de Honduras.
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