Migrantes en la mira



"No hay lugar seguro para los migrantes centroamericanos en México" fue la frase que expresó Irineo Mujica, un mexicano, luchador incansable en pro de los derechos de los migrantes que transitan entre Estados Unidos y México. La semana pasada un grupo armado, identificándose como autoridades federales de México, irrumpió la paz de un albergue que se ubica en Sonora. La cacería en contra de los migrantes está abierta, el Instituto Nacional de Migración (INM), busca sacar a todo indocumentado que sea encontrado en pueblos y ciudades.

La mano dura está en México país que solo en el 2016, deportó a 147,370 migrantes siendo 109,965 hombres y 37,405 mujeres. De ese numero que fue sacado, de Honduras eran 50,964, según cifras del INM. Estas acciones han levantado la alerta de diferentes organizaciones, así como de la Comisión Nacional de Derechos Humanos en México quienes al conocer las denuncias de defensores de migrantes y de los propios indocumentados ha tomado acciones. La penetración ilegal que realizaron las autoridades en el albergue de Sonora el pasado dos de marzo provocó que fueran detenidos un voluntario mexicano del albergue y otros migrantes entre los que figuran dos hondureños. 

La amenaza es latente para hombres, mujeres y niños que transitan por este país, en donde hasta en los poblados que se ubican en la ruta, son los mismos pobladores los que están alertando a las autoridades para que los migrantes sean detenidos. La ciudadanía alega que en lo que va del 2017 el numero de indocumentados ha aumentado y los poblados se han llenado de extranjeros que cuando ven que el paso se torna difícil para cruzar a Estados Unidos, se van quedando en las ciudades. "Algunos buscan trabajar y otros aseguran solo buscan delinquir" dijo uno de los vecinos en Sonora.

Las redadas van desde el Sur hasta el Norte. México pone ahora la mano dura, es la muralla que tiene que vencer, la Policía acecha y tanto municipales y federales tienen en la mira a los indocumentados. Las organizaciones de defensa de los migrantes piden a las autoridades que los operativos sean en el marco de la ley, porque no se pueden permitir atropellos. La alerta se gira y se les informa a todos aquellos que deciden cruzar ilegalmente que en el trayecto no pidan dinero en las calles, que eviten cualquier acción que los exponga. 

La ruta es un verdadero calvario si en el 2010 y 2013 que tuve la oportunidad de cruzar cada trayecto para conocer cómo es la travesía de los indocumentados, era un verdadero peligro no imagino ahora, cuando todo está en contra de nuestros hermanos. Es entonces cuándo nos preguntamos: -¿Cuáles son entonces las medidas efectivas para frenar la migración?, ¿Qué papel real deben tener nuestros gobiernos? El Triángulo Norte todos los días expulsa a cientos de sus habitantes, y todo es reflejo de los males que por años hemos arrastrado del desempleo, de la inseguridad, de la falta de oportunidades, del reencuentro con familias y para muchos por el sueño que ahora es una pesadilla.

Migrantes en México. Foto Casa Migrante Tecun.

Lo preocupante es que pese al panorama difícil que se vive la gente no para de emigrar. Se aferran con uñas y dientes a la esperanza de encontrar en el país del norte lo que aquí se les ha negado. A ellos no les importa si es Trump o Peña Nieto, los que les bloquearan el paso. Los migrantes siguen trazando la ruta hacia el norte, siguen soñando con una mejor vida. Mientras los que nos quedamos en la tierra que nos vio nacer, que estamos de este otro lado de la barrera, pensamos que hay que luchar, que hay que buscar alternativas. Siempre me han dicho que en las peores crisis afloran oportunidades, que es cuando estamos a punto de tocar fondo que una luz aparece y es cuando encontramos las soluciones, los caminos para resolver los problemas.

No sé cuál pueda ser la formula perfecta para dar una solución al problema migratorio que se genera en todo el mundo y en particular el que a diario encontramos en los hombres, mujeres y niños que salen de Honduras creyendo que no es en esta tierra donde tendrán una mejor vida, sino en la tierra del norte. Hay tantas historias de dolor, de sacrificio, de lucha tras esos rostros de hombres y mujeres que se despiden con dolor de sus familias, que dejan a sus hijos porque esperan encontrar en el Norte una mejor vida. A ellos no les importan los muros, no les importa la cacería porque para ellos es todo o nada. Es arriesgarse o dejar morir de hambre a sus hijos, es sanar las cicatrices y seguir adelante. En su mente solo está llegar, solo está buscar lo que no tienen en su terruño. Dura realidad. No se si funcionan las alianzas, no se si los programas que crean los gobiernos para evitar el flujo migratorio funcionen, porque lo único que buscan quienes se marchan son oportunidades, un salario para subsistir, una esperanza que los haga creer que la tierra prometida esta aquí.

Sin duda que en algún momento la mayoría ha pensado en salir del país, en buscar un nuevo nicho para triunfar, pero luego seguro que caemos en la realidad que se debe luchar, que pese a todos los obstáculos hay que encontrar motivos para quedarse en esta tierra. Mientras unos se marchan, y los vemos pelear la batalla por no ser capturados y deportados, pensamos qué diferente seria el panorama si en tan solo un instante las alternativas para los que se van estuvieran en este país y se crearan los espacios para esos hombres, mujeres, jóvenes y niños que a diario salen para marcar una nueva etapa en sus vidas. Sin duda Honduras ocupa de mucha ayuda, gente con visión para que marque una nueva etapa de pais que nos haga descubrir los talentos, potencialidades y se tenga la voluntad política para cambiar los esquemas que por hoy hacen que la mayoría siga pensando en el sueño americano.





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