Romper con las Mafias



Sin duda que uno de los grandes retos en Honduras lo tiene en este momento la Junta Nominadora que deberá escoger a los mejores 45 hombres y mujeres que integrarán la próxima Corte Suprema de Justicia (CSJ) y demostrar de forma categórica que se paran en treinta, para no permitir manipuleos ni las negociaciones bajo la mesa de las que hemos estado tan acostumbrados en el pasado. La hora de la transparencia llegó.



Para el 12 de enero se espera que se anuncie la lista de los primeros 45 preseleccionados y luego se enviará ese listado al Congreso Nacional, donde serán los diputados los que tendrán en sus manos la elección de los nuevos 15 integrantes que dirigirán el Poder Judicial por los próximos siete años. Pero elegir esos 45 debe ser con lupa. Los que queden en esa pre clasificación deben como bien lo dice la Alianza por la Paz y la Justicia (APJ), ser: decentes, competentes, independientes y muy valientes.


Aquellos altos funcionarios que participan en el proceso deben rendir cuentas de sus ejecutorias como burócratas y demostrar que son funcionarios cinco estrellas. Adicional a esto las pruebas de confianza son parte del colador que busca dejar lo mejor de lo mejor en el proceso. Aquí aplican las pruebas toxicológicas, psicométricas y el polígrafo. Pero más allá de esos exámenes pre establecidos, lo interesante es evaluar la trayectoria de los aspirantes y sobre todo sus nexos. Nexos con el crimen organizado, con las redes de corrupción y algo clave la rendición de cuentas. Solo así tendremos claro si algunos se han enriquecido de manera ilícita o han lavado activos  o sus bienes son producto del sudor de su frente, del trabajo honrado y de una vida ejemplar.

Se acabaron aquellos tiempos del compadrazgo, la hora de romper con las mafias llegó. El país se lo merece, nos lo merecemos los hondureños que hemos estado bajo total impunidad, con una justicia que no ha sido ciega y que se ha interpretado a la conveniencia del mejor postor. 

En mi trabajo reporteril nunca olvidaré tantos casos de "injusticias" que conocí. Hombres con años y años de prisión porque sus procesos estaban estancados o algunos incluso pagando penas por robos irrisorios. Y no les miento. Por ejemplo visité el penal en Yoro y conocí el caso de un hombre que llevaba siete años preso y todo por robarse una gallina. No es chiste, es una realidad y allí está el expediente que no me deja mentir. 

Como ese caso me encontré otro en Comayagua, donde el acusado tenía más de dos años de guardar prisión, pero este no se robó una gallina, bajó unos limones de un árbol en una propiedad ajena y fue acusado de robo. Lamentablemente en los dos casos, esos dos hombres no tenían recursos. No tenían para pagar el defensor ni la cuantía para sustituir la pena de reclusión. Y mientras los defensores públicos habían dejado dormir sus casos. No sé al final que pasó con ellos, mucha gente impactada con sus historias quiso ayudar para sacarlos y espero que la solidaridad los librara de la injusticia de mi país.

Entonces, cuando el país evoluciona, porque los hondureños estamos más despiertos y ya no queremos más regateos para que otros decidan, exigimos un proceso confiable. Que no se den madrugones, que no meta la mano ninguno de los que quiere controlar esta elección que se vuelve una oportunidad para que de verdad se haga justicia, porque si ocurre lo contrario ya nos llevó Judás a todos.

Se acabaron los gendarmes, los escuderos, aquel contingente de lacayos, todos debemos incidir por un proceso transparente, donde estemos seguros que de verdad Honduras está cambiando. 

Bien lo dijo Omar Rivera, coordinador de la APJ "El Poder Judicial debe revitalizarse para garantizar la igualdad ante la ley y que no existan ventajas para nadie". Y eso implica romper las mafias. 

Así que se tomen su café los señores de la Junta para que analicen milímetro a milímetro cada candidato y nos regalen a Honduras un proceso de elección justo, limpio, donde prevalezca la idoneidad de los elegidos. En el Congreso Nacional los diputados deben escoger lo mejor. Sin componendas, sino pensando en los hondureños que ya bastantes luchas hemos librado por la famosa corrupción. Esa corrupción que es la que nos ha llevado a perder las esperanzas. Creemos en Honduras y esperamos que la Junta Nominadora integrada por siete organizaciones y los diputados no nos defrauden.

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