Precios altos y déficit de lluvias aumentarán inseguridad alimentaria durante la temporada de escasez



No se presenta un panorama halagador para la producción agrícola en Honduras. Desde el mes de febrero los pronósticos  anunciaron un deterioro estacional y gradual de la seguridad alimentaria y esto incluye a Honduras y El Salvador.

Habrá menos acceso a alimentos, disminución de la calidad y la variedad de productos, todo por la poca producción debido al alza en los insumos para producir.

Pero para el mes de junio y hasta septiembre del 2023, el deterioro irá en aumento, anuncian que se alcanzará el pico de la temporada y que la misma se intensificará en el mes de agosto.

La Realidad

Hasta septiembre se estima que habrá más disponibilidad de granos y por eso el mapa de monitoreo muestra que en estos tres países las condiciones serán de estrés, una fase de escasez.

Si ya las pérdidas que sufrió Honduras y El Salvador en el año 2022, los llevaron a una dependencia en la compra de granos, como en el caso de Honduras que recurrió a Nicaragua para la compra de frijoles. La situación en el Corredor Seco, mostrará una baja disponibilidad de granos. 

Francisco Argeñal, del Centro de Estudios Atmosféricos, Oceanográficos y Sísmicos (CENAOS), en Honduras ha advertido que las lluvias serán irregulares y escasas, lo que podría atrasar la siembra y generar pérdidas en algunos casos.

Según proyectan expertos, se espera que la inflación general, al igual que la inflación alimentaria, se mantengan elevadas en toda la región. Los precios internacionales de los combustibles continuarán por arriba del promedio y no se prevé que los gobiernos de El Salvador y Honduras apliquen nuevos subsidios.



Lluvias

De junio a agosto, los modelos indican un gradual aumento en las probabilidades en el desarrollo de un fenómeno de El Niño hacia finales del período, lo cual llevará los acumulados de lluvia menores al promedio acompañados de temperaturas arriba del mismo.

Estas condiciones tendrán un efecto negativo por estrés hídrico en el desarrollo de los cultivos en un momento crítico y un mayor riesgo de enfermedades y plagas, ocasionando pérdidas moderadas, especialmente para los agricultores de subsistencia ubicados en las áreas del Corredor Seco.

En consecuencia, se prevé que la cosecha de Primera, que sale a finales de agosto y septiembre, sea por debajo del promedio para los agricultores pequeños y medianos. Mientras tanto, las producciones nacionales estarán dentro del promedio o levemente por debajo del mismo, dado que existen cultivos con riego y con diferente grado de afectación. 

En el lado de Honduras, son Choluteca, Valle y Paraíso y de el lado de El Salvador, San Miguel y La Unión los departamentos que podrían tener que recurrir a estrategias de crisis, porque pronostican que no tendrán cosechas suficientes para mejorar su alimentación para septiembre. 

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