Las guerras abiertas en el mundo
Lo ocurrido en Francia la semana anterior deja a su paso una estela de temores, incertidumbre y a la vez ataques que se centran en Siria, un país que se desangra en una guerra civil que se globalizó. La muerte de más de 100 personas en un ataque a lugares públicos de Paris, deja un sentimiento de impotencia y muestras de solidaridad en todo el mundo.
Tras ese ataque las amenazas de nuevas acciones enviadas por islamitas ponen en jaque a varias potencias mundiales quienes toman medidas extremas y mantienen en alerta diferentes puntos para evitar ser blancos que dejen como siempre a víctimas inocentes de una guerra que parece ya ceñirse en el horizonte mundial.
Desde el sábado y domingo la población en diferentes partes del mundo se solidarizó con las víctimas, con sus familias que no podían creer como 7 u 8 hombres armados fueron capaces de semejante barbarie. Otros en cambio no entendían las acciones de solidaridad, argumentando que las muertes no solo sacuden a Francia, sino a varios países en el mundo donde a diario se registran incontables muertes que no impactan, que pasan desapercibidas y no generan repudio mundial.
Parecieran tener razón. Pero hay grandes diferencias entre lo ocurrido en Francia y lo que pasa en países, como por ejemplo Honduras. Francia fue atacada por un grupo radical, donde en nombre de Alá (Dios de los árabes), justifican las muertes, los ataques e inician acciones terroristas como actos de rebeldía ante lo que consideran la implicación de ese país en la coalición que golpea la oposición política en Siria. Algo no tan convincente, ya que especialistas aseguran que el 95% de los ataques aéreos contra el ISIS en Siria e Irak, son iniciativa de Estados Unidos y Francia que empezó a bombardear en septiembre de este año, solo representa apenas un 4% de las ofensivas.
En Honduras, la violencia, las muertes las ejecutan los mismos hondureños, quizás esa sea la diferencia. Los que a diario matan, los que cegan la vida de inocentes, son hondureños que en grupos sean carteles, pandillas o bandas, han tomado en sus manos la justicia y sin importar razones disparan sin piedad muchas veces contra inocentes.
Lo de Francia, son acciones cometidas por suicidas, hombres que recibieron entrenamiento en los territorios ocupados y que anuncian el inicio de una tempestad que puede ocurrir en cualquier lugar del mundo. Una de las amenazas es contra Washington, donde además hay 100 militares que participaron en las acciones de la coalición que están en la mira de los terroristas.
Las alertas están encendidas, Honduras vigila también sus fronteras. La consigna es evitar hechos violentos que dejen a su paso estela de luto y dolor en cientos de familias. No sé si este es el inicio de lo que todos apuntan como una tercera guerra mundial. El Papa Francisco en sus mensajes ha dicho que ya se está viviendo un tercer conflicto bélico a escala mundial y que el mismo se desarrolla de manera fragmentada.
Lo cierto es que crímenes, masacres y destrucciones recorren todo el planeta. Los valores cada vez son menos en el mundo, la sed de justicia, venganza predominan y solo nos quedan escenarios tristes, donde la paz parece esfumarse y el odio aferrarse. Esta es una guerra diferente, una guerra de divisiones, medidas de seguridad y ataques, donde todos somos parte.
Debemos prepararnos para nuevos ataques nos han advertido, pero no podemos perder de vista, que sea esta una guerra justificada o no, es que el derecho más importante, es el derecho a la vida y ese, sea en Francia, o en cualquier país del mundo, nunca debe vulnerarse. A todos solo nos queda orar, elevar las plegarias para que la paz permanezca, para que los odios terminen y no contemplemos una sociedad fría en donde el concepto de amor, bondad y solidaridad parece esfumarse. Es oportuno analizar lo que ocurre en todo el contexto para valorar la vida y saber que cada segundo, es una oportunidad para construir un mundo de paz.
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