Los mutilados hondureños





Durante meses le he seguido la pista al grupo de mutilados hondureños. Esos 10 hombres que marcaron la historia, quienes se trazaron cruzar la ruta del migrante por México para llegar a Washington y entrevistarse con el Presidente Obama. Si, buscaron recorrer de nuevo esa ruta que marcó sus vidas, donde el camino por buscar un sueño, se volvió su peor pesadilla.

Estos valientes guerreros salieron de El Progreso, Yoro, todos ellos son miembros de la Asociación de Migrantes Retornados con Discapacidad (Amiredis). Fue un 25 de febrero de este año cuando partieron. Iban con unos pocos pesos en la bolsa, una mochila en sus hombros y toda la ilusión del mundo. Sí, esa ilusión que años atrás les hizo perder sus brazos o sus piernas.

Fueron muchos los sinsabores en el camino, de 17 que emprendieron la aventura, a algunos les resultó difícil continuar el viaje y ante sus limitaciones físicas desistieron de la travesía y regresaron a Honduras. En medio de las dificultades, los mutilados tuvieron momentos gratificantes. La solidaridad de mucha gente fue clave, a su paso les ofrecieron alimento, les abrieron su corazón y los alentaron a no perder el impulso. La consigna para ellos fue: sí se puede.

El momento cumbre de esta historia se dio en el mes de marzo, cuando aquellos hombres con sus muletas llegaron a la frontera de Eagle Pass, Texas. Eran esperados. Un cerco de policías de frontera hacía una valla en el puente y los escoltó hasta las oficinas de migración, donde uno a uno fueron entrevistados y posteriormente enviados a un centro de detención.

El asunto es que, después de las gestiones de organismos defensores de migrantes y del acompañamiento clave que el periodista Pedro Ultreras, de Univisión le dio a los mutilados, el milagro fue posible y a 10 de los que iniciaron aquel sueño, les fue otorgado el asilo. Los mutilados nos daban una gran lección de persistencia y coraje. Lograron lo que muchos dudaban, quedaron cortos aquellos que hasta les negaron el apoyo y pensaron que estaban locos y los marginaban.




Tras ese logro, la caravana de mutilados comenzó una campaña, alzaron su voz y en diversos locales expusieron sus experiencias para sensibilizar a la ciudadanía sobre los peligros en la ruta. Lo último que supe de ese grupo fue el 24 de junio, cuando aquellos héroes hondureños llegaron a Washington. 

"Estamos aquí, después de miles de kilómetros para llegar a Washington. Dormimos en cartones, cruzamos ríos en balsa. Después de mes y medio de estar preso y que nos trataran como criminales, estamos acá y la meta es ver al Presidente Obama" me dijo José Luís Hernández, el coordinador del grupo, un progreseño de 29 años, quien perdió uno de sus brazos y una pierna en el tren.

Les perdí la pista. No supe más de estos hombres, hasta hoy 3 de noviembre, cuando por fin me comuniqué con ellos por vía teléfónica. Me alegro saber que les va bien, que tienen una nueva vida. Valió la pena el esfuerzo, tanto José Luis Hernández, junto a José Corea Santos, José Efraín Vásquez, José Nahín Gutiérrez, Fredy Vega Ardón, Benito Murillo, Adán Escobar Ceballos y José Jeremias Gámez, tienen un empleo.

Los ocho viven cerca de Washington, en Maryland. Pero, de qué trabajan se los contaré la otra semana cuando los visite. Si, ya quedé de encontrarme con ellos y conocer el apartamento que renta, sus puestos de trabajo y cómo la vida les volvió a sonreír. No les niego que me emociono por sus logros. De esos 10 hombres solo dos de ellos se separaron: Marco Tulio Cruz Membreño y Armando Díaz Mendoza, ambos están con sus hijos, uno en Miami y otro en Minnesota.

En la corta plática que tuve me contaron que otro grupo de mutilados hondureños, hace poco se lanzó a la misma aventura. Pero, no con tan buena suerte porque están en proceso de deportación, detenidos en un centro de Los Ángeles. 

Si algo he aprendido es que las mejores lecciones de vida que puedo aprender las encuentro con gente noble, clara en sus propósitos, luchadores a morir, donde las heridas de vida hacen que pese a sus vicisitudes, no pierdan el norte. Ellos luchan y luchan y miren, lograron lo que se propusieron. Entonces, no cabe duda que es una gran lección para todos. No me sorprenderá que en poco tiempo los medios internacionales nos cuenten que los valientes mutilados hondureños, lograron su propósito y ahora se reúnen con el Presidente Obama.



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